Al corriente: febrero 2, 2022
“La idea de que el pueblo de Dios está en todos lugares es muy real”, dice Benjamin Isaak-Krauß, pastor de la Iglesia Menonita de Frankfurt. Las Asambleas del Congreso Mundial Menonita que se llevan a cabo cada cinco años son una oportunidad para experimentar esta realidad. Pero, mientras los miembros consideran la crisis climática que se avecina, algunos se preocupan por los costos ambientales de los viajes.
El CMM habló con dos menonitas, en Alemania, quienes están pensando en estos temas.
No hay paz en un planeta más cálido
“El cambio climático es el problema de paz del presente. No hay paz justa en un planeta tres grados más cálido”, señala Benjamin Isaak-Krauß.
David Lapp Jost, un estadounidense que trabaja con el Comité de Paz Menonita de Alemania, está de acuerdo: “Las sequías y el aumento de las temperaturas provocan conflictos directos entre los grupos a nivel local. Eso jugó un papel en la guerra en Siria … y seguramente jugará un papel en muchas otras; el desplazamiento de personas y el sufrimiento es muy dañino”.
“Los menonitas deben oponerse al sistema de explotación debido a problemas climáticos y nuestro legado de relaciones entre colonos e indígenas,” expresa David Lapp Jost. “Espero que, en las próximas décadas, hacer de la iglesia una respuesta autorizada y poderosa al cambio climático se convierta en una parte importante de lo que somos”.
Un Pentecostés obligatorio
Además, en un mundo globalizado con un creciente nacionalismo, es importante “tener esta experiencia concreta de adorar con cristianos de todo el mundo quienes se ven, hablan y creen de manera diferentes, pero aún están conectados a través de Jesús y el Espíritu Santo”, afirma Benjamin Isaak-Krauß.
“En un mundo cada vez más atomizado, hay una escasez de espacio positivo para el discurso constructivo a través de la diferencia internacional, social y política”, comenta David Lapp Jost. “Afortunadamente, el CMM es una agrupación voluntaria de personas quienes eligen estar juntas y pueden aprender y compartir sus vidas unas con otras”.
“Me encantaría estar en Indonesia solo para tener una nueva oportunidad de encontrarme con personas que implícitamente muestran el camino; cómo mantener la apertura a la conexión a través de diferencias realmente grandes”.
Gran parte del trabajo de la iglesia se realiza a nivel local; sin embargo, si no estamos conectados con la iglesia mundial, comenta David Lapp Jost, “no experimentamos el Espíritu Santo de la misma manera que se personificó en Pentecostés”.
Desde Pentecostés, la iglesia ha sido una institución internacional. “El estar juntos a través de las fronteras nacionales y aprender unos de otros está arraigado en la misión de la iglesia”, dice David Lapp Jost.
Una comunión mundial de personas reales
Cuando era adolescente, Benjamin Isaak-Krauß no solo asistió a la Cumbre Mundial de la Juventud y la Asamblea 15 en Paraguay; pasó medio año en Paraguay para conocer las comunidades menonitas allí.
Asistir a la Asamblea del CMM cambió su sentido de comunidad de local a mundial. Formó amistades duraderas y, para la Asamblea 16, organizó una mini gira para que los jóvenes alemanes pasaran semanas en los EE.UU. conociendo las comunidades menonitas: urbanas y rurales, conservadoras y progresivas.
“Ver hermanos en Cristo en otro lugar” fue transformador, culminando en GYS, “con todas estas personas de mi edad, de todo el mundo, y la Asamblea con más gente, convierte la idea de una comunión mundial en algo que se puede percibir e interactuar con personas reales”.
“No son las cosas planeadas las que nos cambian; son los encuentros”, asegura Benjamin Isaak-Krauß. Esos son más fáciles de tener con reuniones en persona, pero incluso una Asamblea en línea, bien planificada, puede dar lugar para esas intersecciones de los caminos que hemos elegidos y los otros que encontraremos allí.
El cambio climático y la Asamblea
Los desastres naturales en todo el mundo ahora ocurren donde viven las amistades.
El aspecto de comunidad que los menonitas adoptan como núcleo de la fe y la práctica es clave para nuestra respuesta al cambio climático.
David Lapp Jost espera que el CMM pueda “fomentar la conversación sobre cómo el cambio climático está afectando al Sur global, que pueda dirigir al Norte global a la solidaridad”.
“Sería muy triste si las personas preocupadas por el clima ya no asistieran a los eventos del CMM,” agrega Benjamin Isaak-Krauß. “Sería mejor venir y luchar por el hecho de que somos un solo cuerpo con las personas afectadas por el cambio climático”.
Como iglesia de paz, los miembros del Congreso Mundial Menonita deben “luchar con cómo somos parte de este movimiento mundial para arrepentirnos y cambiar nuestros sistemas rotos”.
“Esperamos que el Espíritu Santo lo lleve a cabo”, expresa David Lapp Jost.
Pasos prácticos
- Como congregación, podríamos ayunar, desde el consumo de carne, el uso de vehículos privados, las vacaciones que implican volar, etc., para compensar las emisiones de carbono de los miembros que asisten a la Asamblea.
- Diálogo con agricultores sobre prácticas regenerativas. Comprar comida en los mercados de agricultores.
- Vivir con sencillez; en lo posible reutilizar y arreglar. Reducir el uso de combustibles fósiles en el transporte y la calefacción.
- Aprender sobre los problemas climáticos en Indonesia, a decir, la deforestación y la contaminación de los vertederos de los países occidentales.
- Mirar hacia el futuro a la Asamblea en África invirtiendo en relaciones e iniciativas sostenibles allí, y planificando viajes con bajas emisiones de carbono (por ej., la bicicleta).
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