Al corriente: agosto 4, 2023
En Kichwa, hay una palabra, ayni, que describe la regla y práctica de la interdependencia.
“Uno no existe si no existe la comunidad”, dice Julián Guamán. En la cosmovisión kichwa, esa comunidad incluye a toda la creación, no solo a los humanos. Ayni dicta que, como integrantes de la comunidad, los humanos tienen la responsabilidad de estar en relación recíproca con todos los demás integrantes, incluidas las plantas, los animales, el agua y el suelo.
Ayni tiene implicaciones prácticas sobre cómo las personas Kichwas viven sus vidas y es una parte importante de la visión de Julián Guamán para la iglesia anabautista.
“La iglesia menonita global puede ser una maestra para otras iglesias”, dice Julian Guamán. Muchas personas cristianas hablan de la reconciliación en términos espirituales, pero lo que distingue a las personas anabautistas a los ojos de Julián Guamán es que: “La reconciliación que buscan las personas cristianas menonitas también se aplica a la creación”.
Julián Guamán dice que muchas personas indígenas de América Latina se sienten atraídas por el anabautismo, y él cree que se debe a que “la teología menonita coincide en muchos aspectos con elementos de la espiritualidad indígena”.
Un elemento compartido es el énfasis en vivir en comunidad.
“La vida menonita es una vida cooperativa”, dice Julián Guamán. Asimismo, “La vida de las personas kichwas se trata de vivir en interdependencia con los demás”.
El segundo elemento compartido es la reconciliación. Las personas menonitas son conocidas por trabajar hacia la reconciliación tanto dentro de la iglesia como en todo el mundo. Las personas kichwas también practican la reconciliación, dice Julián Guamán, “sembrando armonía y equilibrio, y construyendo puentes a través del diálogo”.
Julián Guamán cree que el cuidado de la creación es una consecuencia natural de vivir estos dos valores. Compartió un ejemplo de esto en el mundo real.
A lo largo de las montañas de los Andes, la extracción de oro, litio, cobre y otros metales necesarios para la tecnología está poniendo en peligro la salud de la tierra, del agua y de las personas.
Con las compañías mineras internacionales moviéndose a muchas regiones, las tierras indígenas son algunas de las mejor protegidas. “Gran parte del páramo (tundra alpina) donde viven las personas indígenas todavía está intacto”, dice Julian Guamán.
Las personas occidentales pueden ver los esfuerzos de conservación de las comunidades indígenas para preservar los recursos – como el agua – para el futuro. Pero no es así como lo piensan las personas indígenas, él dice.
“No creo que sea por eso que a las personas indígenas nos importe”, dice Julián Guamán, “sino porque necesitamos mantener relaciones con el lugar, el páramo. Allí, hay vida. El páramo mismo, las montañas, los cerros tienen una dimensión sagrada de la que somos parte”.
¿Qué pasaría si la iglesia anabautista mundial adoptara la regla de ayni?
“En un mundo con cambio climático, con crisis ambientales, con un sistema económico que destruye la naturaleza y explota a las personas”, dice Julián Guamán, “nosotros, como iglesias menonitas, podemos ser diferentes porque Jesucristo nos llamó a amarnos los unos a los otros”.
—Sierra Ross Richer es miembro de la ‘Waterford Mennonite Church’, Goshen, Indiana, EE.UU. Es pasante en la ‘Anabaptist Climate Collaborative’. Historia de la ‘Lent Climate Pollinator Series: Global Anabaptist Stories on Climate Change’de la ‘ACC’ (por sus siglas en inglés) se reimprime con autorización.
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