Al corriente: octubre 3, 2024
Carta pastoral del 7 de octubre de 2024
Amados hermanos y hermanas de la comunión anabautista-menonita mundial:
Con gran pesar en el corazón, recordamos el primer aniversario de los terribles acontecimientos que marcaron el inicio de un nuevo ciclo de violencia en el Medio Oriente. Nos parte el corazón ver la cantidad de vidas que se han perdido hace un año y desde entonces. Lamentamos la represión, el desprecio por los derechos humanos y el despojo sufrido durante décadas que condujeron a la crisis actual.
Hace un año, los combatientes de Hamas traspasaron las fronteras militarizadas de la Franja de Gaza y cometieron actos atroces en Israel. Este ataque dejó 1.200 israelíes muertos, incluidos casi 400 soldados. Unos 250 civiles y miembros del personal de seguridad israelíes fueron llevados a Gaza como rehenes. Israel respondió con una horrible campaña de castigo colectivo contra Gaza que ha durado un año, atacando hospitales, escuelas, lugares de culto y periodistas. El número de muertos en Gaza es de más de 40.000 y sigue aumentando, y hay miles de desaparecidos o cuyo paradero se desconoce. Israel ha impedido la entrada de alimentos y ayuda médica a la Franja. Más recientemente, Israel ha desatado un feroz ataque militar contra Líbano, el país vecino.
Como cristianos dedicados al camino de paz de Cristo, rechazamos la guerra como forma de resolver las diferencias. Estamos con todos los que sufren hoy, ya sean judíos, musulmanes o cristianos. A veces, nos sentimos impotentes, incluso cómplices, mientras el trauma y el prejuicio acumulados a lo largo de generaciones se desatan en oleadas de odio y destrucción.
Jesús, el Príncipe de Paz, nos enseña que la guerra no conduce al florecimiento humano. El amor valiente a los enemigos y la búsqueda no violenta de la justicia para todos es la manera en que aspiramos seguir a Jesús. El amor entrena nuestros corazones para ver a Dios en los “otros” seres humanos. El amor nos da la valentía de buscar la justicia y vivir correctamente unos con otros. Como seguidores de Jesús, oramos por esa valentía de amar con poder transformador. Porque es el amor el que ofrece una realidad y un futuro fundamentalmente diferentes a los ciclos de violencia que oprimen, suprimen y matan alimentados por la sed de poder y los mecanismos de muerte.
Como comunión anabautista-menonita mundial reiteramos nuestro llamado de octubre del 2023 para que todas las partes en este conflicto depongan las armas y comiencen el arduo trabajo de la construcción de paz. Pedimos la liberación de los cautivos, tanto los rehenes israelíes retenidos por Hamas como los prisioneros palestinos retenidos ilegalmente en “detención administrativa” por el Estado israelí. En la medida de lo posible, estamos resueltos a hablar con nuestros propios gobiernos y conciudadanos que puedan estar brindando un apoyo acrítico que perpetúa el conflicto en curso.
La justicia debe acompañar a la paz, y todas las partes en este conflicto han sufrido agravios. Confesamos que no hemos sabido escuchar bien ni buscar la justicia, ni reconocer la insuficiencia de nuestra sabiduría. Por eso, invocamos al Espíritu Santo para que nos enseñe y nos capacite para actuar con humildad y valentía al hablar y actuar.
Oramos no sólo para que cese la violencia, sino para que las tierras de la Biblia se conviertan en un lugar de armonía y diversidad humana, donde los vecinos “descansen a la sombra de su vid y de su higuera” sin que nadie los atemorice (Miqueas 4:4). Reafirmamos nuestra convicción de que “El Espíritu de Jesús nos llena de poder para confiar en Dios en todos los aspectos de la vida, de manera que lleguemos a ser hacedores de paz que renunciamos a la violencia, amamos a nuestros enemigos, procuramos justicia, y compartimos nuestras posesiones con los necesitados”. (Congreso Mundial Menonita “Convicciones compartidas” #5).
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