Oración por la unidad

Suiza

En los últimos años, el Centro de Formación de la escuela teológica menonita de Bienenberg, Suiza, ha ofrecido un curso sobre “Temas candentes”, que da a conocer perspectivas opuestas sobre temas que son candentes en las iglesias. A medida que surgen coincidencias o discrepancias sobre diferentes puntos, se invita a los asistentes a participar expresando sus propias sensibilidades y convicciones, a escuchar atentamente y a estar dispuestos a cuestionar sus propias respuestas. Las sesiones terminan con esta oración por la unidad.

Dios nuestro, Te agradecemos... por la Palabra que dirigiste a otras personas antes que a nosotros y que nos sigues dirigiendo hoy día. ¡Alabado seas!

Gracias… por el resplandor de tu Palabra en nuestra vida, en la Iglesia, en el mundo, y por su poder transformador. ¡Alabado seas!

Gracias… por la palabra encarnada y suprema que tomó el rostro de Jesús, quien nos abre el camino al Reino de la paz (shalom). ¡Alabado seas!

Perdón... por nuestra sordera para percibir lo que quieres decirnos a través de tu Palabra cuando ésta nos molesta... Señor ten piedad.

Perdón… por los altercados con otras personas, provocados por los temas candentes entre nosotros. Señor ten piedad.

Perdón... por la ferocidad con la que siempre procuramos tener razón, al igual que por la cobardía que nos lleva a restarle importancia a todo. Señor ten piedad.

Por favor… enséñanos cómo reconciliar la búsqueda de la verdad de tu Palabra con el amor por aquellos que piensan de otra manera. ¡Ayúdanos, Señor!

Por favor… reúne a tu Iglesia de numerosas ramas para que sea un símbolo de unidad como tú deseas, y por los medios que quieras. ¡Ayúdanos, Señor!

Por favor… guía a tu pueblo, por el poder del Espíritu Santo, para que se forme sinceramente para amar, como tu Hijo nos ha demostrado, para el día en que tú seas todo en todos. ¡Ayúdanos, Señor!

Oremos juntos por medio de Jesús, nuestro Señor, nuestro Salvador y nuestro Hermano. Amén.

—Michel Sommer es profesor del Centro de Formación de Bienenberg. Esta oración se publicó anteriormente en Christ Seul, la revista de los menonitas de Francia.


Correo 38.4

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